por Ramón Ramírez Ibarra, PhD.
Introducción
La cultura minoica es una cultura de la llamada edad oscura griega o del pasado helénico más remoto, también entra en el llamado período prehelénico que mantuvo una estrecha conexión con el antiguo próximo oriente. Surgió durante la edad de bronce entre los años 3000 y 1200 a.C. Su descubridor fue el arqueólogo británico Sir Arthur Evans, quién relacionó la muestra arquitectónica más representativa de esta cultura, el palacio de Cnossos con la leyenda del rey Minos y el Minotauro. A partir de ahí han sido los restos de su arquitectura palaciega quienes han marcado las pautas de lectura más importantes de su pasado.
Contexto sociocultural
Los restos más antiguos de los habitantes de este lugar se remontan al Neolítico. Comenzaron en asentamientos integrados por cavernas y chozas rusticas. La edad de los metales aparece en forma tardía hacia el año 2,300 a.C., y esos asentamientos sustentan las primeras aldeas agrícolas en la parte oriental de la isla, sin embargo más tarde se desplazan hacia la parte central. A partir de aquí, la cultura minoica conoce varias fases basadas principalmente en la evolución estilística de sus forma arquitectónica más reconocible, el palacio: minoico prepalacial (2600-2000 a.C.), minoico medio (2000 - 1700 a.C.) y el minoico reciente (1700-1400 a.C.). Ya en este último período es cuando surge el esplendor de la isla como centro urbano regional gobernado por una talasocracia que dominaba el mar Egeo y se extendía hacia la península griega y las costas de Asia Menor.
Las invasiones, primero de los aqueos (a finales del siglo XV) y de los dorios posteriormente (siglo IX) dieron lugar a la decadencia de esta cultura, ya que comenzaron por abandonar los palacios y luego sus riquezas materiales y su clase trabajadora (entre la que iban los artesanos y orfebres) que se desplaza a las ciudades micénicas a lo que sería más tarde la Grecia continental. Al ser una parte más del mundo griego vive una colonización hegemónica, pero por otra parte, lega rasgos importantes de su cultura a lo que más tarde será esta civilización.
Manifestaciones artísticas
Sus expresiones artísticas se dirigen principalmente a la pintura, cerámica y arquitectura. El relieve y la escultura tienen menor importancia debido a que el desarrollo del ritmo, simetría, colorido y proporción lograda en la tres primeras, junto a su abundancia y tamaño, serán aquellas que coloquen a esta cultura como un importante antecedente de estudio para la historia y la crítica artística. Sin embargo, en la escultura destaca la riqueza de los materiales empleados como oro, marfil, porcelana vidriada y terracota que representaban en su mayoría símbolos y figuras femeninas. Su cerámica presenta en vasijas una amplia gama de decoraciones, desde vistosas y coloridas hasta geométricas y de escenas naturalistas o motivos marítimos. La pintura presenta una importante tendencia a la proporción y es realizada en frescos aplicados a muros recubiertos de estuco. Hay mucho colorido y escenas llenas de cotidianidad y los ideales de belleza que más tarde se delinearán en el arte clásico, aunque aún hay una notable ausencia de perspectiva por lo que sus representaciones son aún centradas en dos dimensiones; sin embargo, las líneas estilizadas de algunos frescos del palacio de Cnosos como la famosa Parisina reflejan el interés por el ritmo y la modulación que siglos más tarde se recuperarán en estilos como el art nouveau o el art decó.
La arquitectura minoica
Hay una variedad de edificaciones que van desde santuarios, oratorios, casas y tumbas rectangulares y de tolo, pero la más importante es sin duda el palacio, entre los que destacan el de Faistos, Hagia Triada y Cnossos.
Los rasgos más importantes y característicos de su expresión arquitectónica, los podemos encontrar a través de los siguientes elementos: a) Uso de tierra batida o losas de piedra con pilares, principalmente columnas, b) muros de mampostería y piedra adaptados a la decoración interior y c) techos adintelados por medio de vigas de madera (imitados más tarde por los griegos). Los palacios, como se puede ver en los restos de Cnossos, se ubicaban en sitios elevados con orientación de norte a sur, ocupando un gran espacio a través de trazos asimétricos. A diferencia de la mayor parte de las edificaciones surgidas en la última etapa del neolítico y las primeras edades de los metales, estas reflejan un carácter de apertura rematada por una gran funcionalidad e independencia entre su organización interna, por ejemplo, casa del rey, de los aristócratas, así como estancias de espacio público.
Sin embargo, el patio central como elemento dominante nos recuerda también la importancia de una forma de organización colectiva que gozó de éxito en el neolítico. A diferencia del carácter dominante que tendría en otras culturas el templo, aquí este goza de un aspecto complementario, dado que predomina la organización individual de los espacios. Hubo incluso espacios individualizados hasta por el uso de letrinas y baños. Los interiores poseían una rica decoración y sistemas de drenaje con tuberías de cerámica. Es en la arquitectura donde se concreta la compleja red de relaciones sociales y simbólicas que llegó a tener esta cultura hasta su declive al terminar integrada en el mundo griego.
Fuentes de consulta:
ALVAREZ, Herrero Olga (2010). Palacio de Knossos. Publicado en De arqueología.com: http://www.dearqueologia.com/micenas I.htm.
GIEDION, Sigfried (1969). La arquitectura, fenómeno de transición. Gustavo Gilli, Barcelona. STORCH de Gracia, Jacobo (1999). Historia del arte 5: arte griego 1. Madrid: Historia 16.
VARIOS (2014). Arte cretense. Publicado en http://www.arteespana.com/artecretense.htm